Todos alguna vez tenemos una mirada que dice:"Es demasiado tarde". Usted la ha visto. Mirada perdida, sacudida de cabeza, labios fruncidos.
Muchos pensamos que no podemos, estamos demasiado viejos, ya es demasiado tarde. Ya no es nuestro tiempo, no estamos capacitados.
Demasiado tarde para atrapar algunos peces. Eso es lo que piensa Pedro. Toda la noche ha estado de pesca. Fue testigo de la puesta y de la salida del sol, pero no vio la recompensa. Mientras otros pescadores limpiaban su pesca, él sólo limpiaba sus redes. Pero Jesús quiere que lo intente de nuevo, que se atreva a realizarlo.
Demasiado tarde para atrapar algunos peces. Eso es lo que piensa Pedro. Toda la noche ha estado de pesca. Fue testigo de la puesta y de la salida del sol, pero no vio la recompensa. Mientras otros pescadores limpiaban su pesca, él sólo limpiaba sus redes. Pero Jesús quiere que lo intente de nuevo, que se atreva a realizarlo.
Jesús necesita una barca. Pedro tiene una. Jesús predica. Pedro se conforma con escuchar. Sin embargo, Jesús sugiere un viaje de pesca a media mañana, y Pedro le lanza una mirada. Es una mirada de "es demasiado tarde" Se pasa los dedos por el cabello y suspira: "Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado".
Es un mensaje diciendo hemos hecho todo, pasamos toda la noche tratando de pescar, ya realizamos todo lo posible. Toda la noche la barca flotó sin peces sobre la negra manta marina. Los faroles de algunas naves lejanas brillaban como luciérnagas. Los hombres lanzaban sus redes y llenaban el aire con el ruido de su oficio
¿quién quiere oír a un buen descansado a un carpintero convertido en rabino que dice:"Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar"?
Ah, los pensamientos que pudo haber tenido Pedro:"Estoy cansado. Me duelen los huesos. Lo que deseo es una comida y una cama, no un viaje de pesca. ¿Acaso soy un guía turístico? Además, la mitad de Galilea está observando. Me siento como un perdedor. ¿Quiere él ahora organizar una exhibición de pesca a media mañana? Que no cuente conmigo"
Cualquier cosa que Pedro haya pensado quedó destilada en una frase:"Toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red ”
¿quién quiere oír a un buen descansado a un carpintero convertido en rabino que dice:"Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar"?
Ah, los pensamientos que pudo haber tenido Pedro:"Estoy cansado. Me duelen los huesos. Lo que deseo es una comida y una cama, no un viaje de pesca. ¿Acaso soy un guía turístico? Además, la mitad de Galilea está observando. Me siento como un perdedor. ¿Quiere él ahora organizar una exhibición de pesca a media mañana? Que no cuente conmigo"
Cualquier cosa que Pedro haya pensado quedó destilada en una frase:"Toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red ”
Usted se ha sentido como Pedro. Ha estado donde ha estado Pedro. Y ahora Jesús le está pidiendo que se vaya de pesca. Él sabe que sus redes están vacías. Sabe que su corazón está cansado. Sabe que a usted nada le gustaría más que volver la espalda al desastre y darlo todo por terminado.
Hay poca pasión en esas palabras. Usted podría esperar un sonrisa de diez mil luces y un puño agitado el aire."Tengo a Jesús en mi barca. Mamá, ¡enciende el horno!" Pero Pedro no muestra emoción.
No la siente. Ahora tiene que desdoblar las redes, volver a sacar los remos y convencer a Santiago y a Juan de que pospongan su descanso. Tiene que trabajar. Si la fe se midiera en centímetros, la de Pedro sería como un milímetro. ¿Inspirado? No. ¿Pero obediente? De modo admirable. Y un milímetro de obediencia es lo único que Jesús desea. "Boga mar adentro" .
Pedro hace chasquear la red, deja que se asiente y la ve
desaparecer. Me gusta pensar que Pedro, mientras sostiene la red, mira por sobre el hombro de Jesús, sabiendo que Pedro está a punto de ser medio halado hacia el agua, comienza a sonreír.
Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles, y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían".
Pedro cae de bruces entre la pesca. No le molesta el mal olor de los peces. Lo que le preocupa es su propio mal olor. "Apártate de mí Señor, que soy hombre pecador" son sus palabras ante Jesús.
Hagas lo que hagas, lo intentes todo, recuerda que si Dios está contigo lo puedes lograr todo.
Hay poca pasión en esas palabras. Usted podría esperar un sonrisa de diez mil luces y un puño agitado el aire."Tengo a Jesús en mi barca. Mamá, ¡enciende el horno!" Pero Pedro no muestra emoción.
No la siente. Ahora tiene que desdoblar las redes, volver a sacar los remos y convencer a Santiago y a Juan de que pospongan su descanso. Tiene que trabajar. Si la fe se midiera en centímetros, la de Pedro sería como un milímetro. ¿Inspirado? No. ¿Pero obediente? De modo admirable. Y un milímetro de obediencia es lo único que Jesús desea. "Boga mar adentro" .
Pedro hace chasquear la red, deja que se asiente y la ve
desaparecer. Me gusta pensar que Pedro, mientras sostiene la red, mira por sobre el hombro de Jesús, sabiendo que Pedro está a punto de ser medio halado hacia el agua, comienza a sonreír.
Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles, y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían".
Pedro cae de bruces entre la pesca. No le molesta el mal olor de los peces. Lo que le preocupa es su propio mal olor. "Apártate de mí Señor, que soy hombre pecador" son sus palabras ante Jesús.
Hagas lo que hagas, lo intentes todo, recuerda que si Dios está contigo lo puedes lograr todo.
No importa si lo has intentado todo, si tiene el apoyo del Cristo, solo tienes que aceptar los retos confiando en quien está contigo; ha estado, está y estará a tu lado.
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